“Vamos cuarto por cuarto, recogemos la basura, después de allí yo voy para el Nursing Station se limpia el 'Nursing Station'”.

Así es el trabajo de Albania Gómez una empleada de mantenimiento en el hospital Long Island Jewish Forest Hills quien recuerda que tuvo que cambiar de rutina cuando aumentaron los casos del coronavirus en la ciudad. 

“Primeramente uno tiene que adaptarse al cambio y uno tiene que entrar con el PPE puesto las máscaras, las dos máscaras”, explicó Albania.

Y durante el brote de la pandemia, el hospital vio un aumento de pacientes hispanos. Muchos no hablaban inglés y tenían problemas para comunicarse con el personal médico. Albania sintió que podía ayudar: ser una traductora para los pacientes que no hablaban inglés. 

“Te motiva más y tu tienes que ser esa voz porque la gente te necesita, está sola...Entonces tu te olvides que hay una pandemia y eres un ser humano”.

 

Gómez.

 

 

Además de ser la intérprete, se convirtió en un apoyo para sus pacientes. Cómo escucharlos y consolarlos cuando extrañaban a sus hijos y familias que no podían ver porque estaban en cuarentena.  

Yo tengo hijos, entonces yo sé lo mucho que mortifica que tu no puedes ver a tus hijos por lo menos por una noche”.

El hospital tiene un servicio de interpretación por teléfono para los pacientes que no hablan inglés. Durante la pandemia, hubo tanta necesidad que muchos de sus empleados bilingües se unieron a la causa sin importar el tipo de trabajo.

“No solamente los doctores y las enfermeras o los enfermeros sino todos los que estaban limpiando, los de la cafetería, la seguridad, todos los empleados del hospital se dieron decir para hacer todo lo que puedan para estos pacientes”, dijo el doctor Armando Castgro-Tie, director de Cirugías, LIJ Forest Hills Hospital. 

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